Como indica el último informe sobre Tendencias de Inversión en España, elaborado por la Fundación Bankinter, en el segundo del último trimestre del año las finanzas de Venture Capital registraron quizás su mejor trimestre, especialmente en cuanto a volumen de especulación, llegando a 44.446 millones de euros. .
También llamado capital de riesgo, este tipo de especulación se describe dando flujo de efectivo a pequeñas organizaciones, fundamentalmente nuevas empresas.
Esto es lo que viene haciendo Big Sur Ventures desde sus inicios en 2012. “España podía asumir una parte significativa en Europa en cuanto a emprendimientos creativos de alto desarrollo, sin embargo para ello requería colocar una tonelada de grano de arena en , y que Big Sur podría sumarse a este ciclo ”, comenta José Miguel Herrero, principal patrocinador y cómplice supervisor de la startup.
Su atención se centra en elementos mecánicos y administraciones que intentan abordar «un tema increíble, de una manera totalmente nueva, en un entorno apropiado», aclara el compañero benefactor, y pone una acentuación excepcional en el requisito de que este tema sea de extraordinaria grandeza y el método innovador de abordarlo. «Podemos simplemente poner recursos en proyectos que se centren en un mercado enormemente probable, si no, los números no salen», agrega.
Del mismo modo, el entorno también importa y una de las claves es la condición de rivalidad y la ‘circunstancia’ del mercado. «Ser demasiado pronto es igualmente terrible como llegar tarde. Tener una respuesta para un problema que el cliente no se da cuenta de que tiene es típicamente mortal, independientemente de cuán genuino sea el problema: evangelizar un mercado no lo hace como regla Termina bien ”, dice Herrero.
En concreto, se centran en las etapas denominadas pre-semillas y algunas semillas se ajustan con una metodología de riesgo de hasta tres rondas por cada tarea, siendo la grandeza de la primera entre 100.000 euros y 1.000.000 euros.
Un ejemplo de los nuevos negocios en los que contribuye este elemento es Jotelulu, que cerró su primera ronda de financiación con Big Sur Ventures (y Bankinter) por 1.000.000 de euros. Esta startup podría ser conocida como el centro comercial en la nube al hacer un escenario donde los proveedores de esta innovación puedan ofrecer sus tipos de asistencia con su propio nombre y marca.
Se podría decir que la pandemia ha «beneficiado» a este tipo de organizaciones debido al aumento resultante de la velocidad de los procesos computarizados, por lo que la emergencia de bienestar «ha acelerado la interacción o ha sido esencialmente imparcial después del shock subyacente», aclara el compañero benefactor.
Lo que hace que el interés en España sea problemático son los límites de evaluación que los patrocinadores financieros en este tipo de empresa, también llamados Business Angels, deben enfrentar.
De esta manera, Herrero pone un énfasis poco común en los ímpetus de riesgo genuinos para estos Business Angels, particularmente en los ajustes previos a la semilla. “Las motivaciones en España están a años luz de lo que se hace en Reino Unido, Francia y Portugal sin ir más lejos”, llama la atención.
Además, respaldar la fascinación por la capacidad es uno más de los desafíos que experimentan las nuevas empresas, y Herrero pide mejoras en los cargos en relación con las oportunidades de inversión.
Para el visionario empresarial existe también una «pésima recaudación de impuestos» para los activos y grupos domiciliados en España «salvo en el País Vasco, donde algunos supervisores se están moviendo a partir de ahora». Herrero aclara que, en nuestra circunstancia actual, los aumentos de capital producidos por el activo para el director, en la mayoría de los casos, estarán cargados con el pago de los fondos de inversión «se requieren 10 años para lidiar con el patrón de un activo». En España, además del País Vasco, se grava como salario adquirido. «En el caso de que los activos y grupos se trasladen fuera del país, o básicamente se establezcan en el extranjero desde el principio, las nuevas empresas españolas tendrán menos acceso a la especulación que necesitan».